Desde los griegos hay muchas formas de
pensar, porque la filosofía no es un
saber ya hecho, terminado o, acabado. La filosofía es una aventura, una
actitud, un quehacer, un despertar. Un saber, pero también, un sabor, que nos
permite degustar y maridar la vida de la mejor manera posible.
Y los filósofos son los amantes del saber, los buscadores de
conocimiento, curiosos, inconformistas, probadores y preguntadores, conscientes
de que no son ni sabios, ni ignorantes sino que se sitúan a medio camino de los
unos y de los otros.
La filosofía, como diría Karl Jaspers quiere
decir ir de camino, buscar aquello que no se tiene, intentar desvelar lo que
está oculto. Por eso, la búsqueda de la verdad, no su posesión, es el auténtico
sentido de la filosofía.
Y es que en el origen de esta está la
admiración, el asombro, que fue el arranque de una preocupación común: la de intentar encontrar una explicación racional
del universo a través de la autorreflexión
que emplea, en todas sus vertientes: metafísica, ética, estética, lógica, antropología,
política, epistemología.
Por eso, desde tiempos remotos los filósofos han intentado interpretar el mundo de distintas maneras, de diferentes formas. Desde la explicación monista característica de la Escuela de Mileto hasta el posmodernismo de Lyotard, Deleuze o, Derrida.
La historia de la filosofía es, por tanto, un reflejo de la historia humana y del modo de pensar del individuo a lo largo del tiempo. Distintos autores, en diferentes épocas, nos presentan a través de sus teorías diferentes modos de pensar que nos ayudan a comprender nuestro tiempo, nuestro mundo y, a nosotros mismos.
Por eso, desde tiempos remotos los filósofos han intentado interpretar el mundo de distintas maneras, de diferentes formas. Desde la explicación monista característica de la Escuela de Mileto hasta el posmodernismo de Lyotard, Deleuze o, Derrida.
La historia de la filosofía es, por tanto, un reflejo de la historia humana y del modo de pensar del individuo a lo largo del tiempo. Distintos autores, en diferentes épocas, nos presentan a través de sus teorías diferentes modos de pensar que nos ayudan a comprender nuestro tiempo, nuestro mundo y, a nosotros mismos.
De ahí que Fichte, discípulo de Kant,
afirmara que “la clase de filosofía que se elige depende de la clase de hombre
que se es”. Por tanto, ¡¡no elijan ser un cabeza cuadrada con la de opciones que hay!!
Enrique López
Te has superado Profesor ...
ResponderEliminar...joeee y que razón!!...si fuera la filosofía asignatura obligatoria desde infantil, cuantos errores dejaríamos de cometer en cada generación...cuan adelantados estaríamos!!!...que miedo hay de crear libre pensadores, de eliminar la raza de cabezas cuadradas y dar paso a mentes pensantes???????
ResponderEliminar¿Y como catalogarías a los buscadores de conocimiento, curiosos, inconformistas, probadores y preguntadores pero sobre un único tema o faceta del saber? Sabedores de no poseer la sapiencia absoluta, pero que no se consideran ignorantes en la materia... ¿ Acaso son mediocres monotemáticos? Yo conozco a uno ...
ResponderEliminarFILÓSOFOS en lo suyo. Se de quien me hablas
Eliminar...de minoria
ResponderEliminar"No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente CURIOSO"
ResponderEliminarAlbert Einstein (1879-1955) Científico alemán nacionalizado estadounidense.
Este tio lo sabía.
Y además de curioso, amante de la Filosofía. Afirmaba que la Ciencia tenía una amante, la mejor, la Filosofía. El problema es que, a esta, no le gustaba que le vieran con ella. A lo mejor eso es lo que se pretende, esconderla, pero no se puede. Por si acaso, nosotros la aireamos.
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