sábado, 29 de diciembre de 2012

¿QUÉ TIENE POSEER COSAS?






De sobra es conocido el célebre encuentro entre Diógenes de Sinope y Alejandro Magno en Corinto. El gran conquistador macedonio había oído hablar del filósofo cínico y salió a su encuentro con algunos de sus oficiales por las calles de la ciudad hasta que dieron con él sentado al lado de un tonel y tomando el cálido sol del mediodía. El rey macedonio, que apenas contaba con veinte años, se plantó ante Diógenes montado en su caballo y proyectando su sombra sobre el filósofo exclamó: “pídeme lo que quieras”, a lo que Diógenes respondió vociferando: “entonces, aparta que me tapas el sol”.
Esta breve anécdota nos sirve para reflexionar sobre la máxima del cínico: no hay que ser esclavo de nada ni de nadie en el pequeño universo donde uno encuentra su lugar.  Poseer, no da la felicidad.
Es evidente que frente a este encuentro se ejemplifica la polarización extrema de la existencia humana, ya que, en palabras de Séneca: “no es pobre el que tiene poco, sino el que ambiciona más”. Por eso Diógenes deja claro a Alejandro con su actitud la imposibilidad del rey de arrebatar la libertad a un hombre que solo tiene un bastón, un zurrón y una túnica hecha jirones.
Así, el filósofo pone en evidencia la inferioridad del tirano. El sabio está por encima de esa ambición, de todo aquello que pudiera poseer: riquezas, honores, poder. Porque todo eso es, para el cínico, vanidad. De esta manera, el hombre es libre cuanto más reducidas son sus posesiones, porque así resultará muy difícil arrebatarle las cosas que son verdaderamente importantes: “que tu vida represente el mínimo botín posible”, solo así, el hombre podrá alcanzar la verdadera felicidad.
“Y es que, en el fondo, son más las cosas que nos atemorizan que las que nos atormentan” (Séneca), y sufrimos más a menudo por lo que imaginamos que por lo que sucede en realidad. Por eso, “si dejas de esperar dejarás de temer”.
Y es que la libertad es siempre inquietante, pero es así como debe de ser. La mitología se encargó de sentar las bases del amor posesivo en la diosa Hera, casada con Zeus y siempre enfadada porque no quería separarse de su marido ni un solo instante. Así, el dios del Olimpo, cansado de esta actitud posesiva y absorbente decidió engañarla. La posesión ahogó a Zeus y este solamente comenzó a ser libre cuando fue consciente de que esa sensación de dejarse ir era la única manera de salvarse, de seguir viviendo.
Pero contario a este tipo de posesión que representa Hera, se nos aparece Afrodita, diosa del amor y de la belleza, precursora de las relaciones liberales,  independiente e inteligente: libre por encima de todo y de todos.
Y es que, frente a ese sentimiento de posesión se encuentra el amor sincero, independiente, autónomo, separado y soberano, no cautivo, ni preso, ni esclavo, que ni es sometido ni desea someter.
Así que, si alguna noche escucháis a un locutor de radio plantearse, ¿qué tiene poseer cosas?, serviros una buena copa de vino y acordaos de Diógenes y de Afrodita y hacer vuestra la máxima de Hecatón: “Yo te descubriré un modo de provocar el amor sin filtro mágico, sin hierbas, sin ensalmos de hechicera alguna: si quieres ser amado, ama”.

Enrique López

(Imagen: Antonio Cánova, "Eros y Psiqué", 1793, Escultura en mármol)

9 comentarios:

  1. ¿por que sentimos la necesidad de poseer cosas?..."al poco tiempo lo que te gustaba...lo que has cambiado...y lo que no te gusta se convierte ne la misma cosa....como una acuarela bajo la lluvia"...Poseer no da la felicidad, y creo que la comenzamos a vislumbrar cuando iniciamos el camino de desposeernos de esas cosas que nos educaron a querer con la promesa no escrita de cubrir todas nuestras mayores expectativas...ama...ama!!...y ensancha el alma!!!!!...gracias profesor!!

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    1. Puede llamarse feliz aquel que, merced a la razón, nada teme ni desea. Lo dijo un cordobés, filósofo, estoico y preceptor de un emperador romano. Tenía tantas cosas que al final se liberó de todas para garantizarse la paz interior y la imperturbabilidad del alma. Se llamaba Lucio Anneo Séneca

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  2. "Porque el mundo ya no importa si uno no tiene fuerzas para seguir eligiendo algo verdadero, si uno se ordena como un cajón de la cómoda y te pone a ti de un lado, el domingo del otro, el amor de madre, el juguete nuevo, la gare de Montparnasse, el tren, la visita que hay que hacer". Horacio Oliveira.

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    1. Y lo verdadero es solo un ejemplo de lo real, creo que fue Paul Klee, hermana.

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    1. San Agustín, Pedro, San Agustín. Te pegaba más una de Nietzsche, pero todo se andará

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  4. La felicidad Groucho Marx. Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna.

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  5. Con respecto a mi comentario anterior. Las cosas pequeñas, lo relativamente asequible da la felicidad: Un pequeño abrazo de un amigo, una leve mirada de tu pareja, coleccionar cosas accesibles, el atardecer en Cádiz y(el amanecer), un rato con los amigos, un pedazo de whisky, un beso...

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  6. Gracias, maestro, por haberme enseñado a dejar de esperar y, así, a dejar de temer.

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